Hay algo que cambió, no sé cómo ni el porqué, ni siquiera sé en qué momento se fueron, esos acompañantes constantes que nunca se despegaban de mí, me seguían a todas partes, hasta me había acostumbrado a ellos.
La verdad es que he andado ocupada para observar los pequeños detalles o los grandes, pero hoy me tomé un momento para estar conmigo y observé que se habían ido llevándose todo lo que les pertenecía, la casa se veía vacía, la verdad es que tenían mucho equipaje, fueron años llenando cajas y baúles.
Me reía sola pensando en lo ingratos que fueron, que mal educados, años alimentándolos y que groseros, que falta de delicadeza haberse ido sin ni siquiera tener el detalle de decir adiós.
Pero como dicen por ahí, de ingratos está lleno el mundo, así que adiós, hasta nunca tristeza y melancolía.
Me parece genial, decir adiós a la tristeza y a la melancolía solo sirven, para joderle a uno el alma
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Muy cierto!Saludos
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